Jueces – 8 – 31.
Y su concubina que estaba en Siquem le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec.
Oseas – 7 – 6.
Porque su corazón, como un horno en su emboscada, duerme toda la noche su panadero en las queimaduras de la mañana como el fuego.
Mateo – 26 – 65.
Entoces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: Há hablado blasfêmia: qué más necesidad tenemos de testigos? He aqui, ahora mismo habéis oido su blasfemia.
Hechos – 7 – 47.
Y Salomón le edificó casa;
Gálatas – 3 – 2.
Esto solo quiero saber de vosotros: Recibisteis el Espiritu por las obras de la ley o por el oir con fe?
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